Los (des)afortunados que a finales de agosto se quedan en Madrid, se pueden contar con los dedos de una mano. Bien por infortunio o por desorganización, nosotros, que aquello de estar en Ibiza en un reservado no nos llama mucho la atención, nos plantamos a mitad del mes más caluroso del año sin un plan con el que rellenar nuestras horas. Pero no hay mal que por bien no venga. Así pues, decidimos que era buen momento para dejarnos caer por el Museo Antropológico de Madrid para disfrutar de la exposición “Chupas & Parkas” que, desde el pasado mayo, se podía ver de forma gratuita.

Un día antes de que se cumplieran los 60 años de la Batalla de Brighton, de la que hablaremos más adelante, se estrenaba esta exposición de la mano de sus autores: Rubén Olivares Rosell y Dani Llabrés (con los que hemos podido pasar un rato hablando de diferentes temas). Iníciese pues, un viaje a dos culturas conocidas por sus hazañas pero muy desconocidas en el fondo.

La batalla de Brighton, el comienzo de esta exposición histórica .

Para recorrer estos 60 años que han pasado desde aquella trágica (o feliz, depende de como se mire) fecha, tenemos que retrotraernos un poco al pasado. Los años sesenta fueron moviditos. La Guerra Fría estaba en su mayor esplendor, Jonh Kennedy pasó a mejor vida y Elvis Presley volvía al campo musical con grandes éxitos. Pero a unos cuantos miles de kilómetros de ese USA, en Inglaterra, las bandas juveniles estaban en su máximo esplendor, destacando entre ellas dos de ellas: los rockers y los mods. Por aquellos años, los mods tenían costumbre de rodar con sus scooters hasta la playa aprovechando los Bank Holiday (aquellos fines de semana cuyo lunes festivo cerraban los bancos). Este mismo camino era el que realizan los rockers con sus respectivas motos, sin que hubiera grandes historias entre ellos.

Pero el Domingo de Pascua de 1964, un frío día cualquiera de marzo, los mods se dejaron ver por la ciudad costera de Clacton. Un día tremendamente helado, en el que los locales no abrieron y los desplazados hasta allí decidieron garruelar por la ciudad hasta que entraron en calor a base de sillazos, botellazos y alguna que otra carga de los de siempre (que no podían permitir que aquellos jóvenes hicieran de las suyas).

Al día siguiente, un cóctel aderezado por una pizca de psicosis social, manipulación mediática y un poco de garrulismo, hizo que cientos de reporteros, mods y un buen puñado de refuerzos policiales se dieran cita allí. Lo que ocurrió nadie se lo podía esperar, ¿verdad? Así pues, cientos de portadas abrían esa semana con la llamada “Battle of Brighton”, donde rockers y mods habían sacado músculo para demostrar que los unos eran más fuertes que los otros. 

Todo esto, está muy bien recogido (mejor que como lo hemos hecho nosotros, seguramente) en el inicio de la exposición, donde podemos ver decenas de fotos de ese día acompañado de recortes de periódicos de la época. Menos mal que Quadrophenia se estrenó quince años después, porque cualquiera diría que la realidad supera la ficción.

Esto no es nada más que la introducción de una exposición dividida en varios espacios, que nosotros vimos en algo más de una hora.

Autarquía con grapas

Como por estos lares somos buenos frikis (y coleccionistas de fanzine), una de las cosas que más nos ha llamado la atención fue la pequeña sala en la que se podía ver una larga exposición de “magazines” relacionados con la cultura musical y urbana, los llamados modzines. Los primeros modzines empezaron a inundar las calles de UK en 1978 y se expandió como el agua gracias a los giros postales y al carteo que, por aquella época, se realizaba con diverso material de coleccionista. No fue hasta 1982 cuando aparecieron en España. Entre sus hojas fotocopiadas y grapadas más conocidas del Estado español podemos encontrar el pionero Mundo Mod-erno de Ringo Julian (que más tarde se reencarnaría en “Reacciones”) o el POW! de los madrileños Camel Boys (que al igual que sus predecesores, sufriría diferentes modificaciones hasta pasar a llamarse Hitch Hike).

Además de los citados fanzines, en la sala podremos encontrar decenas de fanzines nacionales e internacionales.

El estilo es inmortal

Si algo nos llamó la atención de las cuatro paredes del museo que alberga esta exposición, era la cantidad de ropa que tenían expuestas. No creíais que nosotros, que nacimos por el gusto que tenemos por la ropa, íbamos a pasar esto por alto, ¿verdad? Efectivamente. A lo largo y ancho de la exposición podemos ver gran colección, de diferentes propietarios, de ropa de época.

A las primeras influencias recibidas con ánimo, los mods añadieron su toque (con una variada mezcla de estilos) haciendo de cada prenda una pieza única de colección. Pero sin olvidar lo vertiginoso de este proceso: la prenda que a principio de mes era lo chic, al final del mismo no servía ni para trapo sucio. Los armarios de esta generación (y las posteriores) estaban llenos de primeras marcas que hoy en día se hace inaccesible para muchos de los que estáis leyendo estas líneas. 

También llama la atención que, en aquella época, cualquier ama de casa (benditas madres que siempre están ahí cuando se las necesita), hacían a la vez de costureras; produciendo las vestimentas que sus hijos e hijas se pondrían, tal y como podemos ver en el siguiente escrito expuesto:

Sí joder, has aguantado nuestra primera crónica o como un/a campeón/a. Y si has llegado hasta aquí, te mereces un premio a modo de bonus track. Todo lo narrado hasta aquí, sale de la información que se muestra en la visita a la exposición, así como del fanzine que editaron para la misma (que puedes descargar gratuitamente en el siguiente enlace).

Pero los catedráticos de la cultura Rocker y Mod en el Estado español tienen nombres y apellidos: Rubén Olivares Rosell y Dani Llabrés, con los que hemos podido mantener una interesante conversación sobre la exposición, las culturas juveniles y otros temas varios. Esta entrevista, merece una entrada especial… así que dentro de pocos días os entregaremos la segunda parte de este artículo.